Existe la creencia
de que la glucosa (un azúcar) es único combustible para el cerebro, pero esto no
es del todo correcto. En situaciones normales el cerebro usa preferentemente glucosa, sin embargo, en respuesta a
bajos niveles de glucosa en sangre (debido
a inanición, dietas bajas en hidratos de carbono, realizar ejercicios de
resistencia de muy larga duración…) el
cerebro se adapta para usar otra fuente alternativa
de energía, los CUERPOS CETÓNICOS (acetoacetato,
β-hidroxibutirato y acetona). Cuando esto ocurre sentimos cierta debilidad
física e incapacidad de concentrarnos.
Los cuerpos
cetónicos se producen principalmente en las mitocondrias de las células del hígado
a partir de ácidos grasos, ya que estos últimos no son capaces de llegar al
cerebro debido a que NO PUEDEN ATRAVESAR la barrera hematoencefálica (barrera entre los vasos sanguíneos y el
sistema nervioso central).
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